Semanita en Granada

Granada nos recibió con una luna llena de infarto, grande y hermosa, y amarilla como un queso, asomando por encima de la Alhambra...preciosa!!!. Una semana de encuentros, con viejas amigas de la universidad (las que pudimos, queda pendiente otra con todas de verdad), y también con amistades cantarinas más recientes...jejeje!. Gracias Gastón!, eres un perfecto anfitrión, nos diste una bienvenida de lujo a la ciudad de las mil y una noches. Sus calles tienen encanto, de día y de noche, sobre todo si paseas por el barrio del Albaicín. Miles de tiendecitas hippies, con aires arabescos, olor a incienso y lamparillas de colores. Y también sus mil y una teterías, que me encantan, así que tomé té moruno (verde+hierbabuena...mi preferido!), en una diferente cada día. La Alhambra nos dejó sin palabras...tanto tiempo mirándola en los libros de historia, y por fin la teníamos delante de nuestros ojos, con sus maravillosos Palacios Nazaríes, sus arcos, sus fuentes, sus jardínes, sus mocárabes....(aunque faltaba la famosa fuente de los leones, en restauración). La verdad es que siento debilidad por el arte mozárabe, así que ver todo aquello era como un sueño. Aunque me quedaron pendientes de escuchar la mil y una leyendas que por allí se narran, de caballeros abencerrajes, sultanes y doncellas. Quizá en otra ocasión!, quizá un cicerone mejor informado (el guía que nos tocó fué un poco soso). Tuvimos también la suerte de poder ver un espectáculo nocturno del "Romancero Gitano" de Cristina Hoyos, en los jardines del Generalife...impresionante!. También nos dió tiempo de acercarnos a la playa de Salobreña, y que el solito tostara un poco nuestras tripillas blancuzas...jejeje (por lo menos la mía, que soy un poco guiri). Cada rincón desprendía magia y música, guitarras y cajas flamencas...
Granada me ha sorprendido gratamente, no me ha decepcionado, pero queda mucho por descubrir...así que habrá que volver!. Una ciudad preciosa