Unos días de desconexión...de cumplir un sueño que se ha hecho realidad. Estoy disfrutando de un premio increíble que gané gracias a Prom Perú. Os invito a que os paseis por el blog que ha habilitado la organización, en el que cuento todas las maravillas de las que estamos disfrutando mi amiga Laura y yo, en Cuzco y Machu Picchu....¡¡¡mi sueño desde pequeña!!!. Pinchad aquí.
Salta la linda, salta la bella!....eso dicen por allí, y no se equivocan. Una ciudad aparentemente pequeña, con casitas bajas y barullo de coches, pero que sus calles siempre están repletas de gente, sobre todo las dos peatonales y más comerciales. Esta zona no tiene nada que ver con lo que habíamos visto hasta ahora, incluso parece que has cambiado de país y te has subido un poco más arriba con los bolivianos. La gente es mucho más morenita, más indígena, pelos oscuros y ojos llenos de fuerza...los auténticos "gauchos" argentinos. El acento es mucho más suave, más dulce...nada que ver con el marcado porteño de la capital!, jejeje, y son super atentos y amables. Hay que tener mucho cuidado al cruzar la calle, porque no hay casi semáforos, y en este país los cruces de coches parece la ley de "a ver quién llega antes y cruza"...jajajaja....temimos por nuestra vida en varias ocasiones, nunca sabes por dónde cruzar...jajajaja!!!!. De todo el recorrido es la parada más larga que hicimos, había mucho que ver por esta zona, y y estuvimos 4 o 5 días haciendo esxcursiones por allí: Quebrada de Humahuaca, el Tren de las Nubes, San Antonio de los Cobres, Tilcara,...uff tantos nombres de pueblitos preincaicos...que ya no me acuerdo de todos!. Es una zona muy alta, y muchas de las rutas estas a más de 4.000 metros, así que es muy probable que te de mal de altura, así que hay que beber mucha agua y comer algo, y sobretodo...¡chupar hoja de coca!...y no penseis mal. Allí es muy común ver a la gente con flemones en la cara...pero no es una infección de muelas!, es que muchos suelen ponerse un montoncito de hojas en el moflete, para ir chupandolas. Esto hace que no te de mal de altura, y también espabila como el café, para que los conductores de las excursiones no se duerman. Es como si tuvieras una hoja de laurel en la boca, nada de alucinaciones ni cosas raras....jajajaja!!!.